35 años buscando la vida

Por todos ellos, los que dieron la vida. Por los que no delataron. Por los que sobrevivieron. Por los que lucharon. Por los que están flotando en el aire, en cada lucha. Por los que siguen buscando. Por los encontrados. Por los que marchan unidos. Por los solidarios. Por los luchadores. Por los que no aparecen. Por los que gritan. Por los fusiles. Por los gritos. Por las piedras. Por los dolores. Por las heridas. Por la cárcel común. Por los juicios. Seguimos gritando, seguimos pidiendo justicia, seguimos esperando que cada anciano genocida, torturador y violador esté preso. Que el grito siga vivo.

Otra cosa

Queridos hijitos, su papá poco sabe de ustedes
y sufre por esto. Quiere ofrecer un destino
luminoso y alegre, pero no es todo
y ustedes saben:
las sombras,
las sombras,
las sombras,
las sombras,
me molestan y no las puedo tolerar.

Hijitos míos, no hay que ponerse tristes
por cada triste despedida:
todas lo son, es sabido,
porque hay otra partida, otra cosa,
digamos,
donde nada,
nada
está resuelto.

Paco Urondo