Hay dolores innombrables, que se instalan en lugares desconocidos del cuerpo. La mirada no puede comprender y las palabras no sanan, ni hieren, simplemente retumban en un vacío abismal. Son pocas las veces que he sentido estos "calambres en el alma", pero ya puedo reconocerlos y saber cuánto calan, cuánto duelen. Ojalá la agonía sea más llevadera esta vez. Pedro Aznar "Ya no hay forma de pedir perdón".
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