¿Cómo hacer para que esas cosas que tanto nos molestan nos resbalen? ¿Cómo hacer para reirse un poco cuando el mundo parece ir en contra o encima de uno, destrozando las ilusiones que tenemos?. Yo sé que las más de las veces la respuesta está en uno; porque cuando no se pueden cambiar ciertas circunstancias que ya están dadas, hay que buscar nuevos espacios en los que uno esté mejor. Pasa que uno es tozudo y fuerzudo, uno, que es joven, CREE, dichosamente, CREE que algo se puede hacer. Probablemnte exista otro ser humano más capacitado para adaptarse y sobrevivir a esas circuntancias, a esas estructuras inmodificables. De todas maneras, putear y enojarse, llorar y patalear, gritar y probar, tratando de encontrar una reacción en el otro, también resulta altamente beneficioso, aliviador y sanador y más aún si uno logra hacerlo con gracia, diplomacia y elegancia. Con tonito burlón y superador, suena Muriel Santa Ana, "Choto". Que se haga agua el picolé (y olé).
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario