Que vuelvan los piropos gentiles y las palabras bonitas.
Que no se pierda el galanteo y la poesía callejera
Es mejor hacer catarsis frente a la belleza y seguir, tranca, el camino,
que mezquinar la picardía de alegrar un cuore ajeno
Para este sábado que comienza Jaime Ross, "Piropo"
PD: y que nunca se deje de bailar lentos
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2 comentarios:
Bellísimo...aaaaahhh...
Justo ayer andaba por la calle toda presumida, con mi ritmo feroz. Alguien desde una bicicleta suspiró "petisita...dejame que te lleve". Los tucumanos, en general, son audaces, aunque poco románticos con los piropos. (Tengo en la punta de la lengua una muy zarpado, que no lo digo de pura letrada) Hay que reconocerles a los porteños su sutileza e ingenio. Me quedo con el de aquel muchacho que en la bomba del tiempo jugóse rápidamente con aquel: "un gran vaso, para una pequeña mujer".
Buen tema!
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